28 jun 2013

Los rituales imprescindibles del peregrino



Cuando uno entra a la catedral de Santiago, hay una serie de rituales ineludibles que se deben realizar para hacer todavía si cabe la visita más completa.

Destacamos estos ritos que históricamente realizaban los peregrinos en el interior de la catedral:




1. Santo dos Croques.  Se dice que el origen de este ritual se encuenta en los universitarios santiagueses que en épocas de exámenes, se acercaban a la catedral a "darse tres coscorrones" contra la figura del Maestro Mateo (más conocida popularmente como Santo dos Croques), para que le transmitiera su inteligencia y sabiduría.  Este acto se extendió más allá del ámbito universitario, convirtiéndose en rito ineludible para los peregrinos. Hoy en día se ha prohibido su práctica para evitar el deterioro de la imagen. 




2. Colocar los dedos de la mano derecha en la columna del parteluz del Pórtico de la Gloria, debajo de la figura del Apostól. Existen dos leyendas diferentes que marcan orígenes distintos de esta tradición. La primera de ellas dice que esas huellas pertenecen a Jesús, por lo que el peregrino con este gesto es "depositario de la fuerza divina, la misericordia y la salvación eterna". Mientras que la otra versión atribuye esa especie de hoyos a la acción de los propios peregrinos que durante siglos han llegado a Compostela tras una larga peregrinación, por lo que, agotados de su andadura, se apoyaban en el parteluz de la catedral nada más entrar en ella para descansar. 




3. Visitar la cripta que guarda los restos del Apóstol en una urna de plata y, abrazar la figura del Apóstol que se ubica detrás del Altar Mayor. 




4. Misa del peregrino. En función de la hora en que se realice la visita podrá asistirse o no a dicha celebración cristiana. Todos los días a las 12 del mediodía se oficia la que desde siempre se ha denominado "misa del peregrino" por ser en su mayoría peregrinos los asistentes a la Eucaristía. 

En ocasiones, se puede presenciar la puesta en funcionamiento del afamado botafumeiro por parte de los tiraboleiros. Son doce días al año los que se puede disfrutar del botafumeiro en funcionamiento, evitando el desgaste que se produce en cuerdas y poleas si se hiciera diariamente y otorgándole un significado más solemne al estar restringido a fechas señaladas en el calendario y no tratarse de un mero espectáculo. A pesar de ello, existe la posibilidad de solicitar su funcionamiento en un día normal por parte de los fieles a través del pago de 300€. Es en Año Santo cuando se tiene un mayor número de ocasiones para poder contemplar el botafumeiro en acción. Además del día de la apertura y el cierre del Año Santo, todos los domingos de ese año y en celebraciones importantes el botafumeiro sobrevuela la catedral de manos de los  "tiraboleiros".


5. En Año Santo se añade otro ritual imprescindible: entrar a la catedral por la Puerta Santa. Ésta se abre el 31 de Diciembre del año anterior al jubileo dando comienzo oficial en ese preciso instante del Año Santo.  Dicho rito es contemplado por miles de personas y retransmitido por los medios de comunicación. El acto tiene como maestro de ceremonias al arzobispo de Santiago, quién golpea tres veces la puerta con un martillo de plata, mientras formula la siguiente expresión "¿pueden los pecadores entrar en la casa de Dios?". Tras ello se derriba el muro con el que se precinta la entrada de la puerta Santa en el anterior Año Santo. 



elmundo.es

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