2 feb 2012

Primer año de la Ciudad de la Cultura

         Tras varios años de idas, venidas y discusiones a cerca de la viabilidad de este proyecto, finalmente, se ha cumplido un año de su inauguración. Estamos hablando de la Ciudad de la Cultura, gran complejo cultural de la era Fraga, diseñado por el prestigioso arquitecto Peter Eisenman, con el que se pretende ampliar la oferta turística de la ciudad.
        Las cifras de visitantes nos muestran que el balance de este primer año ha sido fructífero (331.892 visitantes según la Consellería de Cultura). Pero, ¿realmente ha sido positivo este comienzo? Estas cifras no son del todo claras, ya que se computan tanto los visitantes compostelanos, como los turistas y excursionistas que se acercan a la ciudad para conocer sus encantos. De esta forma, se amplía de manera cuantiosa la cifra mencionada.
            A favor, cuenta con la elevada cifra de visitantes que se ha transmitido a los medios de comunicación (con perjuicio de una contabilización sin distinción de tipología de visitante, procedencia, motivo de la visita, etc). En contra, los elevados costes de mantenimiento anuales que irán en aumento a medida que se amplie su actividad.
       Recientemente, se ha inaugurado el Museo de Galicia, con éste, ya son tres las instalaciones abiertas al público, de un total de seis edificios con los que contaba la maqueta inicial; de los restantes edificios, uno de ellos se encuentra actualmente en proceso, mientras que, en el caso de  los dos últimos se ha procedido a la paralización de las obras hasta el año 2014 cuando se tomará una decisión al respecto.
      Con esta moderna construcción se busca atraer a un mayor número de turistas ampliando la oferta cultural de la que dispone la ciudad en la actualidad. Así,  La Ciudad de la Cultura, debe consagrarse como un monumento que permita ampliar, diversificar y expandir el flujo de turistas (concentrado en la zona vieja) a otra zona de la ciudad.
         La gran inversión que ha supuesto la construcción de este complejo cultural, debe ser rentabilizada al máximo, llevando a cabo actividades que atraigan al visitante, al tiempo que se dedican esfuerzos a la labor de promoción turística de este nuevo y desconocido espacio. Si no se da esta circunstancia, hablaremos simplemente de un bonito conjunto de edificios abandonados a su suerte y sin una visión turística.

                                           Fuente: Turismología en Compostela (2011)


                                           Fuente: Turismología en Compostela (2011)





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