Se
suele decir que si algo funciona ¿por qué se va a cambiar? Esto es lo que
pasa en ocasiones cuando de la nada se introducen elementos
"extraños" que nada tienen que ver con la configuración
arquitectónica existente en el lugar.
Esto
creo que nos ha pasado a varios compostelanos/as cuando hace unas semanas nos
hemos topado con una piedra de importantes dimensiones en la afamada Puerta del
Camino, lugar de entrada de numerosos peregrinos que llegan a la ciudad. Esta
piedra ha sido muy criticada por el impacto visual que suscita ante el paso de
miles de peregrinos y compostelanos que pasan por esa calle diariamente.
Contiene una placa dónde se hace referencia precisamente al Camino de Santiago
y su importancia; si la idea era que no pasara desapercibida el objetivo se ha
logrado; si era informar sobre la importancia de esta puerta de entrada a la
ciudad también se ha conseguido; si se pretendía embellecer el lugar, a nuestro
parecer se ha fracasado.
Este
es un ejemplo claro de "feísmo" del lugar, simplemente se contribuye
a otro elemento más en el lugar, pero ese elemento no está introducido o
integrado con las mismas características que tiene el sitio donde se encuentra.
La redución de las dimensiones, quizás incorporación de la placa en el propio
empedrado hubiera sido más acorde a la organización arquitectónica de la zona.
Sin embargo, estamos seguros que en unos pocos meses este elemento ya estará
tan incorporado en nuestra imagen del lugar que lo concebiremos como un
elemento más del mismo. Nos acostumbramos sin más.
Otros
ejemplos son las grandes contrucciones urbanísticas en la Costa del Sol,
enormes edificios que hacen que se pierda la magia del lugar, crea una mala
esfera en un lugar idílico y natural, convirtiéndolo en un área urbana más.
La
España del turismo de sol y playa es el ejemplo de libro más claro para
atribuir feísmo a un lugar turístico. Construcciones rápidas sin organización,
sólo edificios y edificios a pie de playa.
Galicia,
a grandes rasgos, se ha escabullido de esta época de construcción, a pesar de
ello se pueden ver algunos casos con edificios que no son legales con la
protección de la costa, en las Rías Baixas.
Esta
protección poco a poco va a ir a menos, ya que las leyes han disminuido la zona
de protección de la costa para dar pie a la construcción de edificios que
vulneren el hábitat natural de fauna y flora.
La
zona de la Costa da Morte aún pervive con extensas playas sin contrucción a la
vista, además de zonas verdes para disfrutar de las vistas y el aire limpio que
ofrecen. Que así siga por muchos años.
Si
volvemos de nuevo a las ciudades turísticas, debemos decir que otro ejemplo de
feísmo, es que al lado mismo de la catedral de Ourense, existe un edificio de
estilo moderno, pegado a la catedral, edificio que parece pegado de otro lugar
y que no se integra en el estilo de la catedral de la ciudad de las Burgas.
Así
pues, un destino turístico se caracteriza por ofrecer productos turísticos,
bien organizados, a través de una buena oferta hotelera, de transportes y
servicios complementarios; añadido a esto, que posea una buena demanda por el
público, al cual esta oferta hotelera le atraiga lo suficiente como para
realizar el viaje. Sin embargo, no sólo esto es suficiente, debe ofrecer unos
servicios integrados, sin un feísmo visible, con un mantenimiento de los
elementos turísticos para que una vez en el lugar le sorprenda la calidad y la
belleza del destino turístico.
Como
veis, un trabajo laborioso que no sólo se queda en poseer un destino turístico,
no hay que olvidar que hay que cuidarlo y mantenerlo con su belleza natural e
integrado al destino.
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