Se dice que al hombre se le conquista por el estómago, además de otros atributos, claro está. No sabemos si es cierto, pero lo que tenemos claro es que la comida es fundamental cuando visitamos un lugar. Siempre nos vamos de casa con la idea de si nos gustará el lugar, como será nuestro hotel, si comeremos bien, etc. Obviamente viajar ahora no es lo mismo que hace años porque tenemos toda la información disponible a tan sólo un clic, pero la incertidumbre siempre está. La gastronomía es, por tanto, uno de esos factores fundamentales, que pueden hacer más idílica nuestra estancia en el lugar, o por el contrario convertirse en el "pero" de nuestras vacaciones.
Hoy
no estamos aquí para hablaros de lo bien que se come en Santiago y en
todo Galicia, sino para hablaros de esos sabores que recuerdan a Compostela.
Hablamos de esas delicias que puedes comprar en algunas de las muchas tiendas
de delicatessem que se encuentran en las calles aledañas a la catedral.
Fuente: turismogalicia.blogspot.es |
La
más conocida es la Tarta de Santiago, elaborada a base de almendra, y
cuya seña de identidad es la cruz de Santiago. Los orígenes de la tarta de
almendra se remontan al siglo XVI en forma de tortas reales o bizcochos de
almendra que consumían las familias más acomodadas de Galicia. El proceso de
transformación hasta lo que hoy conocemos por tarta de Santiago, tuvo su punto
de inflexión en 1924 cuando el empresario José Mora Soto (fundador de Casa
Mora) incorporó el detalle de la cruz de Santiago otorgándole a la tarta una imagen
única y fácilmente identificable con la ciudad.
Más
reciente en la historia son las Pedras de Santiago, unos bombones
artesanos de chocolate con leche y almendra que hacen las delicias de los
visitantes. Estas "piedras" apenas tienen dos décadas de existencia
(comenzaron a comercializarse en Junio de 1992) y nacieron de la mano del
empresario Emilio SantasMarinas y la empresa Sancosa. En poco tiempo se
convirtieron en producto estrella.
Esta
misma empresa y el mismo creador apuestan por la innovación y han incorporado
entre su selecta gama de sabores de Santiago, el tronco Xacobeo (una
especie de brazo de San Marcos helado) y los Caprichos del Santo
(almendrados crocantes, elaborados con almendra rota, azúcar moreno y clara de
huevo).
Si
quéreis saborear alguna de estas delicatessem no tenéis más que acercaros por las
calles colindantes a la catedral (San Francisco, rúa do Franco...) para que os
ofrezcan un trocito de alguno de estos manjares y os sea más fácil la
elección.
Seguro
que estas líneas os han abierto el apetito, así que ya sábeis dejaros envolver
por los sabores almendrados de Compostela.
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