Llevamos algo más de un año publicando a
través de este espacio las maravillas de Compostela y nos hemos dado cuenta que
no le hemos dedicado ni un sólo post íntegro a nuestra joya de la corona: la
Catedral de Santiago. Os hemos hablado de las cuatro plazas que la rodean, de
su museo, del casco histórico y de un sinfín de cosas relacionadas con ella,
pero no le hemos prestado la atención suficiente. Por eso, este post de hoy es,
sin duda, para nuestra catedral.
Visibles desde gran parte de la ciudad, las
torres de la catedral constituyen los elementos de mayor altitud de la antigua y
amurallada Compostela. Impresionante ante los ojos de quiénes la ven por
primera vez, la majestuosa catedral no pasa desapercibida para nadie. Meta de
quiénes llegan tras recorrer cientos de kilómetros a lo largo de alguno de los
Caminos de Santiago, no es rara la estampa de gente envuelta en lágrimas
de emoción a su llegada al Obradoiro. La plaza y la Catedral simbolizan la meta
al final del Camino, el objetivo conseguido, el éxito, alegría por llegar,
tristeza porque termina, felicidad, melancolía, belleza...son tantos los
sentimientos y emociones que se viven cada día frente a la catedral que quién
pudiera tener un ojo de gran hermano para captar cada segundo de cada rincón
del Obradoiro.
Otra de esas estampas típicas es ver a la
gente tumbada observando la catedral del revés o sentada en la plaza admirando
la catedral al tiempo que recuperan fuerzas y disfrutan de esos instantes en
los que uno se siente triunfador tras concluir su camino, permaneciendo
impertérritos como si quisieran detener el tiempo.
Pero, ¿y qué hay de sus orígenes? Los
antecedentes históricos que nos llevan a la construcción de una catedral en la
ciudad de Santiago se basan en leyendas, que como tales, cada uno es libre de
determinar su credibilidad. El Obispo Teodomiro de Iria Flavia (Padrón)
avisado por el eremita Pelayo descubre la existencia de los supuestos restos
del Apóstol Santiago en la ciudad, lo que lleva a la construcción de una
pequeña iglesia por orden del rey Alfonso II el Casto en la ubicación dónde se
había producido el hallazgo.
Empezó a gestarse el inicio de una peregrinación de creyentes llegados de todas
partes para visitar el templo dónde se encontraban los restos del Apóstol, eran
los inicios del Camino de Santiago. La Iglesia comenzaba a quedarse pequeña
sufriendo constantes remodelaciones y ampliaciones hasta que en el año 977, las
tropas musulmanas de Almanzor saquearon la ciudad de Santiago y su
catedral. A pesar de este fatídico hecho, Compostela y su catedral
resurgieron nuevamente. Sin embargo, no es hasta el mandato de Alfonso VI
cuando se inicia la construcción de una nueva catedral, configurándose así las
bases de lo que hoy tras evoluciones en el tiempo y en los estilos arquitectónicos
es la actual catedral de Santiago. Junto a esto, hechos como la declaración de
Año Santo Jubilar los años en que el día 25 de Julio coincida en Domingo y la
divulgación de la peregrinación hacia Compostela suponen el nacimiento de un
lugar de peregrinación cristiana a nivel mundial.
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