Cuando hablamos de vacaciones, nos imaginamos 5 ó 6 días de actividad turística, con destinos de muy diferente tipología. Ese tipo de viajes se siguen realizando y con mucho éxito, sin embargo, existe una reciente modalidad de turismo: los city-breaks. Se trata de viajes de 3 ó 4 días a capitales culturales, donde las líneas de bajo coste y las visitas express conviven para dar vida a este tipo de turismo.
En los últimos años, la gente cada vez vive con más prisas, con menos días de vacaciones y en períodos atemporales de los típicos meses de verano para disfrutar del descanso. Es muy habitual, en la actualidad, que se disfruten de fines de semana o vacaciones durante los meses de temporada baja.
Junto con diferentes factores como que cada vez se viaja con una edad más temprana, que la demanda turística se ha dirigido hacia otro tipo de tipología turística como los viajes culturales; existe la acusada tendencia de viajar a través de líneas de bajo coste. En años anteriores era muy difícil adquirir el ritmo viajes actual porque el transporte era un parte que encarecía mucho el presupuesto del viaje. Sin embargo, ahora es una ínfima parte, con viajes de ida y vuelta de unos 30 euros, por ejemplo.
De esta manera, se han creado poco a poco y con una aplicación muy rápida y firme, los viajes de corta duración o los city-breaks.
La ciudad de Santiago de Compostela destaca por este tipo de viajes, ya que la principal línea aérea de low-cost Ryanair, posee alrededor de un 50% de representación en los viajes que se realizan desde y hacia el aeropuerto de la ciudad, Lavacolla. Lo que supone una clara dependencia y riesgo que acarrea cualquier cambio de esta aerolínea para el aeropuerto. Al poseer un gran número de destinos de diferentes capitales europeas como Frankfurt, Milán, Londres, entre otros, además de destinos españoles como Madrid o Barcelona; el incremento de viajes de corta duración hacia la ciudad de Santiago aumenta, ya que se disfruta del elemento fundamental para este tipo de viajes, las líneas low-cost. Además, Compostela ofrece una gran variedad cultural, complementada con la diversa oferta hotelera de la que pueden disfrutar los turistas-tipo de los city-breaks.
A pesar de todos los efectos beneficiosos que conllevan estas ventajas, debe trabajarse mucho en este tipo de viajes, ya que deben ofrecerse otro tipo de alternativas y ofertas culturales llamativas y que capten la atención de los turistas. De esta manera, se puede empezar a trabajar para conseguir una "Compostela break" que ayude a seguir recibiendo visitas que no sólo viajen para conocer única y exclusivamente la belleza de la catedral de Santiago.
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