La
ciudad de Santiago es frecuentada por un gran número de visitantes a
lo largo del año. Los lugares más visitados, tanto por turistas como
excursionistas, son como todos sabemos la catedral y el casco antiguo.
Este flujo de público supone que estas calles se vean afectadas por una gran afluencia o concentración de visitas. Concretamente,
la Plaza del Obradoiro, la Rúa do Franco, la Rúa do Villar, la Rúa Nova y la
Rúa de la Calderería son las zonas con más capacidad de carga que soporta la
ciudad.
Pero,
¿qué es capacidad de carga?. Este término lo usamos en el campo
turístico para referirnos a la cantidad máxima que es capaz de soportar un
destino, monumento, o calle en este caso; de personas. Visto eso, la capacidad de carga o
límite de personas que soporta Compostela en estos lugares excede muy
evidentemente su límite.
Un claro ejemplo de control de capacidad de carga que se ha hecho muy popular ha sido el del acceso a las Islas Cíes. Para poder visitarlas, tienes antes que comprar tu entrada y dar tus datos, de esta forma se controla el tráfico de asistentes a las islas; con un número máximo de visitas diarias para poder conservar este espacio natural protegido en óptimas condiciones.
Muchos
han sido los estudios sobre la afluencia de visitantes que se concentra en pocos metros en Santiago de Compostela. Y todos
ellos llegan a la misma conclusión: se excede de manera muy clara.
Si
visitas la catedral, se puede observar que la gente entra y sale cuando quiere,
pasea a su alrededor, le da el famoso abrazo al Apóstol, contempla el Pórtico de
la Gloria a sus anchas. Durante la misa del Peregrino o la contemplación del
Botafumeiro, es cuando se concentra más público. Se unen los peregrinos que
acaban de llegar al Obradoiro, con los turistas que visitan la catedral, junto
con los oyentes de la misa.
Nuestra visión acerca de este tema es que debería controlarse la capacidad de carga de la ciudad, primero para poder hacer más amena la visita a la misma, según los propios compostelanos, que día a día ven impedido su paso por estas calles y tercero, para crear una imagen de calidad de la ciudad.
Para poder realizar esto, creemos que sería necesario realizar lo siguiente:
-Desviar
el flujo hacia otras zonas. La Ciudad de la Cultura puede verse muy
beneficiada si se desvía el tráfico para este lugar, primero para dar a conocer
este espacio y segundo para ampliar la oferta turística de la ciudad.
-Crear
un máximo de visitantes diarios a la catedral. Supone regular la asistencia
al templo, para mejorar su mantenimiento y que sus obras no se dañen al recibir
tanto público; además de crear un mejor ambiente dentro de ella. Otro beneficio
de controlar las visitas es que se mejoraría la situación de la catedral sin
imponer una tasa monetaria para poder entrar en ella, con lo que seguiría
teniendo una entrada gratuita.
-Desviar
el flujo de visitantes hacia museos con la mejora de su oferta artística,
así como de los parques de la ciudad, creando y promocionando rutas a través de
ellos. Así, las calles que hemos mencionado anteriormente se verían menos
colapsadas, además los visitantes seguirían estando en la ciudad y la
conocerían de una manera más profunda, a través de otra oferta turística
diferente a la que conocen en la actualidad. Supondría un aumento del número de
turistas y se crearía otra tipología de mercado, puesto que se ofrecería algo
diferente al turismo religioso.
-Mejorar
la calidad de la oferta. Disminuyendo la capacidad de carga de la ciudad se
crea un ambiente más cómodo y confortable para las personas que vienen a
visitar la ciudad.
Uniendo
los diferentes pasos que hemos descrito, la oferta de la ciudad mejoraría y
se crearían diferentes segmentos de mercado, con lo que la demanda
disfrutaría más de un ambiente confortable y que le ofrece atractivos
de diferentes gustos.
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