"No
te das cuenta...hasta que sucede" Esta frase refleja en parte lo que
pretendemos mostraros en este post. Tal y como dice: no te das cuenta,
hasta que sucede... a ti o a tu entorno más cercano. Hablamos de la accesibilidad
en sentido amplio.
No vamos a ser hipócritas y decir que en nuestra vida diaria estamos preocupados sobremanera sobre este aspecto, porque seguro que la mayoría de vosotros no se le ocurre pensar, por ejemplo, cuando entra en un edificio si está adaptado para personas con algún tipo de discapacidad física. Sólo en el momento en que te toca de lleno a ti o a alguien cercano empiezas a preocuparte de estas cosas que hasta el momento eran invisibles a tus ojos.
Pero nadie está exento de necesitarlo en un futuro. Hablamos de cosas tan simples como rampas y ascensores para quiénes tienen algún tipo de movilidad reducida, baños adaptados para personas con minusvalía física o sistema braille para invidentes en paneles informativos. Sin embargo, la realidad nos muestra que son pocos los lugares accesibles al 100% y lo más triste es pensar que se siguen edificando construcciones que no cumplen las normativas básicas de accesibilidad. Por desgracia, en muchos casos, se apuesta por un fuerte impacto visual y por la belleza externa arquitectónica, en lugar de apostar por hacer posible un mundo más accesible.
No vamos a ser hipócritas y decir que en nuestra vida diaria estamos preocupados sobremanera sobre este aspecto, porque seguro que la mayoría de vosotros no se le ocurre pensar, por ejemplo, cuando entra en un edificio si está adaptado para personas con algún tipo de discapacidad física. Sólo en el momento en que te toca de lleno a ti o a alguien cercano empiezas a preocuparte de estas cosas que hasta el momento eran invisibles a tus ojos.
Pero nadie está exento de necesitarlo en un futuro. Hablamos de cosas tan simples como rampas y ascensores para quiénes tienen algún tipo de movilidad reducida, baños adaptados para personas con minusvalía física o sistema braille para invidentes en paneles informativos. Sin embargo, la realidad nos muestra que son pocos los lugares accesibles al 100% y lo más triste es pensar que se siguen edificando construcciones que no cumplen las normativas básicas de accesibilidad. Por desgracia, en muchos casos, se apuesta por un fuerte impacto visual y por la belleza externa arquitectónica, en lugar de apostar por hacer posible un mundo más accesible.
Deberíamos
tener en cuenta que una cosa no está reñida con la otra, pues los elementos que
permiten esa accesibilidad no tienen porque suponer un "feismo" del
lugar, todo lo contrario, pueden integrarse como un complemento más dentro del
engranaje de una bonita fachada o del interior de un edificio. Pero lo que
queda claro es que necesario mirar más allá de nuestros pies...
En Santiago no podemos enorgullecernos de ser una ciudad accesible, sino más bien todo lo contrario. Las características de su casco antiguo con estrechas callejuelas y edificaciones centenarias de dos o más plantas hacen difícil la adaptación a los requisitos actuales de accesibilidad. Digamos que vamos a dejar a un lado el casco histórico ya que su condición de Patrimonio de la Humanidad reviste una serie de características que hacen más complicado este proceso. Pero lo que no podemos obviar y menos entender es que año tras año se construyan nuevas edificaciones que no cumplen los requisitos de accesibilidad. Y no nos referimos a casas particulares o edificios de viviendas sino a edificios públicos, museos, empresas del sector turístico, comercio, alimentación y un largo etc.
LLegados
a este punto, quizás, muchos de los que seguís leyendo este post-reivindicativo
(si todavía alguien continúa) estéis pensando que vosotros no estáis en esa
situación por lo que es mejor hacer la vista gorda y oídos sordos (en
este caso, cerrar el post) y continuar con vuestro día, en lugar de pararos un
segundo a reflexionar que ese bar donde estáis ahora mismo tomando un café y
leyendo estas líneas no está adaptado para alguien con movilidad reducida, que
ese restaurante al que sueles ir tampoco lo está, que aquel local de copas
dónde vas el fin de semana tampoco y así podrías seguir hasta completar una
larga lista. Y la pregunta es ¿acaso esas personas que sufren algún tipo de
movilidad reducida no son iguales a nosotros y tienen el mismo derecho que
nosotros de acudir a los mismos sitios? Es más, acaso mañana no te
puedes torcer un pie y necesitar muletas para caminar durante una temporada?
acaso tú o alguién cercano a ti tiene un bebé y encuentra serias dificultades
para ir con el carrito a todos lados? Ah! no, que pensabas que la accesibilidad
era sólo para quiénes, por
desgracia, van en una silla de ruedas... ni mucho menos..
productosdeapoyotomalaga.blogspot.com.es |
Afortunadamente, existen lugares accesibles dentro de una ciudad inaccesible. Turgalicia nos muestra en su folleto descargable de Alojamientos accesibles los hoteles de Compostela accesibles y aquellos que considera practicables. En la primera clasificación se encuentran A Quinta da Auga, el Hotel Puerta del Camino y el Balneario de Compostela. En la segunda, incluye el Hotel AC Palacio del Carmen, Parador Hostal de los Reyes Católicos, GH Santiago, NH Obradoiro, Eurostars San Lázaro y Pensión Rosa Rosae.
En cuánto a monumentos y edificios históricos resaltamos el Museo do Pobo Galego cuya escalera de caracol se ha convertido en seña de identidad del mismo, pero no por ello ha dejado de adaptarse para convertirse en accesible para todos con la instalación de un ascensor, cuyo hecho era noticia en el año 2004. También podemos incluir el Centro Galego de Arte Contemporáneo en el listado de museos accesibles de nuestra ciudad o la Ciudad de la Cultura.
Y
si nos referimos a los transportes, los autobuses urbanos de la ciudad cuentan
con rampas para facilitar el acceso a minusválidos; aunque no hay que irse
muy lejos en el tiempo para recordar aquellos destartalados autobuses azules
con escaleras y nula accesibilidad.
Como
veis la accesibilidad es una asignatura pendiente en Compostela, ojalá se vayan
dando los pasos para lograr un Santiago, sino accesible, al menos, algo más
practicable.
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